martes, 10 de julio de 2012

Yo

Vulgarmente le dicen “El condóro” al hijo que no estaba en los cálculos. Yo, más cariñosamente prefiero decirle “El conchito” que nació con quince años de retraso. La menor de tres mujeres, la que llegó a revolucionar la casa, la que no estaba en los planes. Acostumbrarse a un nuevo integrante en la familia cuesta un poco cuando se ha perdido la práctica, pero debe ser como andar en bicicleta, no se olvida nunca. Mi mamá me tuvo a los 41 años, contra todo pronóstico, según ella “Nunca es tarde”. Tengo veinte años que no me acomodan para nada, porque quisiera seguir teniendo 17 toda la vida. Pensadora compulsiva, enemiga de las mentiras. Regalona de todos en la casa, pero más del papá. Desordenada en todo el sentido de la palabra, dormilona a morir.

  La familia y los amigos

Las dos cosas más importantes en mi vida, cabe destacar que las mascotas entran en la categoría de familia.


Mi casa

 Me gusta estar en casa, hay cosas que uno no encuentra en otros lados, y en mi caso eso cuenta desde mi taza de oveja, hasta mi cama. Uno de mis lugares favoritos es mi dormitorio, hace tiempo lo pinté. Está lleno de colores fuertes e intervenciones que hice yo, y que en cierta forma representan mi forma de ser: extrovertida y directa.


Me acuerdo 


 Me acuerdo de haber llorado por no agarrar ningún dulce de la piñata.


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